–Voy a empezar contigo esta mañana vacía de calor,
de pájaros en la ventana, de flores en el balcón,
de niños jugando en la plaza. Voy a pintarme los labios,
espérame en la habitación –cerraste la puerta del baño con llave y
provocaste a la tormenta que se desvistió
a primera hora, justo en el momento exacto en que tú lo hiciste
delante de mis pies descalzos.
–Voy a empezar contigo esta mañana,
porque no existe otra forma mejor
de empezarla. No, no existe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario