Marcel Swann
Te diría mil cosas
aunque solo basta una.
Te diría mil cosas.
Madrid está llena de
gente desconocida.
Solo bastaría una,
solo una,
hoy no me apetece.
Todas las chicas van
iguales,
demasiados autos,
demasiados zapatos
impactando en la
calle.
Te diría mil cosas,
necesito una,
una,
una,
solo una,
me bastaría,
me basta.
Hoy no hace frío,
es un día de tregua en
invierno,
un de día de alto el
fuego.
Te diría mil cosas,
aquí,
aquí mismo,
te diría mil cosas,
una,
una,
una llega para
complacerme.
Una bastaría,
una solo,
solo una,
una bastaría,
una es suficiente.
En el metro cada cual va
a lo suyo.
El hombre mal peinado está leyendo la novela
de un autor con
apellido extranjero.
La chica del pearcing sobre el labio
duerme
apoyada en la esquina
y entre los vaivenes
del vagón
no se despierta de
esta tarde larga,
creo que ha perdido su
parada.
Te diría mil cosas,
te las diría ahora
en este caos
en este choque de
cuerpos sin cuerpo,
te diría mil cosas,
una solo,
solo una,
una,
una,
una,
bastaría,
solo una,
una,
una,
es suficiente.