en esta noche de
insomnio y calor,
de monstruos
bajo la cama,
escondidos en el
fondo del cajón,
de monstruos, de
monstruos, de monstruos…
de luna con piel
de limón
que escuece
y amarga
y duele
y estalla en la
herida.
Si me destripan
ahora
te juro que no
me importa,
si me destripan
ahora
sólo van a
encontrar trocitos de carne
que no encajan
una con otra.
Y yo nunca he
querido ser eso,
Nunca, nunca,
nunca…
No he pedido
serlo,
detesto mi
condición humana,
quiero quemarla
o dejarla sobre
el respaldo de la silla
junto a la otra
ropa puesta más de un día
y que se pudra,
que se pudra,
que se pudra, que se pudra.
No me soporto,
hoy no me
soporto,
a estas horas no
me soporto.
No se escucha
nada en la calle,
en el monte…
eso me asusta.
Si me destripas
ahora
te juro que abro
los brazos
para que te sea
más fácil.
No vas a
encontrar nada,
sólo trocitos de
hueso
y sangre
y trocitos de
hueso.
Yo no quería,
no quería serlo,
humano y eso.
Un pájaro,
el río en
invierno,
un beso con
ganas,
la lluvia que
desgasta
y acaba por
romper la piedra,
el cuervo sobre
el cable,
la voz de un
niño,
un orgasmo
explosivo,
o nada de nada.
Dejadme
descansar,
no me
atormentéis
con que hay otra
vida después de esta.
Dejadme
descansar.
Qué noche más
tonta
y rara
y tóxica
y tonta.
La ventana está
abierta,
estoy casi
desnudo,
mañana la luz
entrará por los agujeritos de la persiana
a primera hora
y olvidaré este
delirio
anclado en un
sueño,
en una
pesadilla,
en la utopía,
y en un sueño
y en una
pesadilla.
Ojalá pudiera
arrancarme
como una hoja de
papel,
ojalá tuviese la
capacidad
de evaporarme,
un aliento,
ojalá fuese ya
otoño,
y mañana otoño,
y pasado otoño.
Si me destripas
ahora,
si me destripas
ahora
te juro que te
ayudo
mientras sea
consciente,
hasta que me desmaye
por la pérdida
de sangre.
¿Quién va a
limpiar después todas las vísceras?
¿Quién va a
limpiar la mierda?
No vas encontrar
nada,
no hay nada,
sólo átomos que
saltan sobre las baldosas
como pelotitas
de goma,
sólo espirales
genéticas
bajando por las
escaleras,
cierra la
puerta, hazme el favor.
Yo nunca he
querido ser esto,
nunca he querido
serlo,
nunca,
humano, lo
detesto.
Lo detesto, lo
detesto, lo detesto.
Un árbol,
la piedra del
acantilado,
el tacto en la
piel de espuma,
granito de
arena,
lágrima de
alegría,
lunar en la
mejilla,
un poema en
blanco,
un poema, un
poema, un poema.
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