Evelyn Bencicov
Me he desnudando desde
que vine al mundo.
día tras día,
con la cachetada que
da el pistoletazo de salida,
después del desayuno,
en el primer papá balbuceante,
a la hora de hacer la
lazada imperfecta de los zapatos
o cuando un árbol era
TODO menos un árbol.
Nunca he tenido tanto
frío como ahora
y no hay manta que
echarse a los hombros.
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