No había nada.
Estaba vacío. Incluso pudo ver el fondo limpio y reluciente. Él dormía. Ella seguía
mirando y seguía sin ver nada. De lo que hace tiempo estaba a rebosar ahora no
existía ni gota. No sabía como llamarlo. ¿Tenía nombre aquello? Sí, sí lo tenía. Apartó las sábanas y se levantó sin
hacer ruído entre la oscuridad. Abrió la puerta y se fue hasta la cocina. Los
niños tardarían en levantarse. Es sábado y a todos se les permite cierta
amnistía. Quiso hacer café pero no había. Esa era la pieza que le faltaba en la
lista del supermercado. Fue el día anterior y tenía [casi] todo apuntado en un
papelito cuadriculado. Corrió las cortinas del salón. La luz entró a empujones
dejando un día desnudo. ¡Crack! Se dió la vuelta. Él estaba de pie en la
puerta. Llevaba un slip y el pecho al descubierto. Ella clavó
sus ojos y siguió sin ver nada.
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